En su artículo publicado en 2010 en Grassroots Economic Organizing (GEO, Organización Económica de Base) "¿Qué aspecto debería tener nuestro movimiento en 2040?,” John McNamara, expresidente de la Federación de Cooperativas de Trabajadores de los Estados Unidos (USFWC, por sus siglas en inglés, "la Federación") y, en el presente, codirector del Northwest Cooperative Development Center (Centro de Desarrollo Cooperativo del Noroeste) empleó la metáfora de la construcción de una casa. Él veía los primeros cuatro años de la USFWC (2004-2008) como los cimientos establecidos por la cooperación y colaboración entre tres formaciones regionales democráticas: la Western Worker Cooperative Conference, WWCC, (Conferencia de Cooperativas de Trabajadores del Oeste), la Eastern Conference for Workplace Democracy, ECWD, (Conferencia del Este para la Democracia en el Lugar de Trabajo) y la Midwest Worker Cooperative Conference, MWCC, (Conferencia de Cooperativas de Trabajadores del Medio Oeste). Las paredes de esa casa se construían con la estructura creada por la Democracy at Work Network, DAWN, (Red de Democracia en el Trabajo), un proyecto democrático de apoyo técnico entre pares que utilizaba las habilidades y el conocimiento de trabajadores cooperantes con experiencia con su propia Junta de Gobernanza.
En 2010, el Democracy at Work Institute (DAWI, por sus siglas en inglés) era un proyecto de la USFWC y aún no se había lanzado como una organización independiente sin fines de lucro, pero McNamara vio el potencial de DAWI para proporcionar una mayor infraestructura crítica para el movimiento. Afirmó:
A lo largo de los próximos 5 a 10 años, DAWN y DAWI trabajarán con la USFWC para crear la forma básica (de la casa). En el retiro de la junta directiva de la USFWC discutimos nuestro futuro. Nos decidimos por un plan básico de tres años, pero la discusión acerca de la visión más amplia quedó en pausa.
Ese retiro de un fin de semana se celebró en la granja de mis padres en Glastonbury, CT. Era mi segundo año como miembro de la junta directiva de la USFWC, y todavía estaba en periodo de orientación al respecto de la cultura de la organización. Había entendido que esta cultura estaba arraigada en la autodeterminación colectiva, la cooperación y una visión compartida de la naturaleza transformadora del control colectivo de los trabajadores sobre nuestros empleos y lugares de trabajo, así como en la promesa de construir redes comerciales que formarían la base de instituciones cooperativas sólidas y una economía solidaria real. Todos los miembros de la junta en ese momento eran trabajadores-propietarios, y todos participamos en el trabajo ese fin de semana. Recuerdo la deliciosa comida que preparamos y disfrutamos durante el retiro: ¡el borscht de John! ¡El arroz persa de Melissa! También recuerdo la tensión entre la profunda necesidad de tener esa discusión más amplia en torno a la visión y la urgencia de desarrollar un plan práctico de tres años para que DAWI despegara y cogiera vuelo.
Autodeterminación colectiva: el corazón del cooperativismo
José María Arizmendiarrieta, visionario y fundador del movimiento cooperativo de trabajadores que se desarrolló en Mondragón, España, entre las ruinas de la Guerra Civil Española, creía que el proyecto cooperativo y las asociaciones cooperativas no son un fin en sí mismos. Más bien, son los medios a través de los cuales los humanos se convierten en seres cooperativos con la capacidad de liberar y transformar de manera colectiva sus sociedades tanto dentro como más allá de sus propias entidades cooperativas. Esta cita de Reflexiones, una recopilación de sus escritos publicada por el centro de gestión y desarrollo cooperativo Otalora de Mondragón, describe el elemento más básico de la autodeterminación y la cooperación:
La verdadera riqueza reside en el desarrollo integral de nuestra entidad como persona. Si no logramos este desarrollo, aunque hayamos logrado la justicia distributiva en el reparto de los bienes materiales, seguiremos siendo esclavos.
Yo llegué al mundo de las cooperativas de trabajadores, casi sin darme cuenta, en julio del año 2000, buscando un trabajo con el que sacar adelante a mi familia hasta que comenzara mi trabajo "de verdad" en octubre. Como siempre había tenido una atracción y fascinación con los sistemas de transporte, me acerqué a la compañía de taxis local, Union Cab, y solicité trabajo. Me contrataron como taxista en el turno de noche e inmediatamente quedé enamorada del trabajo. Me dijeron que Union Cab era una cooperativa de trabajadores, pero no tenía ni idea de lo que eso significaba. A las pocas semanas de que me contrataran recibí un curso intensivo de "Introducción a las cooperativas de trabajadores" en el propio trabajo.
En ese momento, Union Cab tenía 3 divisiones: taxi, autobús y paratránsito, para personas con discapacidad. La Cooperativa tenía cerrados acuerdos contractuales con el sistema de autobuses local en los que acabaron perdiendo dinero hasta el punto de que ya no se pudo continuar ofreciendo ese servicio. La junta directiva convocó una serie de reuniones de miembros para decidir cómo manejar el problema. ¡Yo no podía creer que, como trabajadora completamente nueva, aún en libertad condicional y con un conocimiento limitado sobre prácticas comerciales, se me pidiera que interviniera en las decisiones existenciales de una empresa que facturaba $6 millones al año! ¡Y además, que la cooperativa confió en su cuerpo diverso de 180 miembros para encontrar soluciones de forma colectiva! ¿No es para eso para lo que están los administradores?
Después de una serie de largas reuniones de miembros, que incluyeron el intercambio transparente de los libros de contabilidad de la cooperativa, información sobre los contratos y un debate muy acalorado, como colectivo tomamos la decisión de cerrar las divisiones de autobuses y paratránsito, a la vez que se les ofrecía empleo a los trabajadores de esas divisiones dentro de la división de taxis. Todos los miembros que quisieron quedarse recibieron un trabajo. La división de taxis creció con fuerza. Y todos los que participamos en ese proceso desarrollamos una confianza y una fe en nuestra capacidad para determinar nuestro destino y la calidad de nuestro futuro a nivel colectivo.
Algunos años más tarde, la cooperativa estaba lidiando con graves problemas de maltrato y abuso de poder que aún se agrababan más por la incapacidad de nuestro Gerente General para abordarlos de manera efectiva. Los miembros estaban sufriendo y el Gerente General, que tenía la función de implementar la política disciplinaria, no era capaz de asignar responsabilidades a quienes realizaban estos actos debido a su papel "indispensable" en la cooperativa.
Después de que esa situación finalmente se resolviera de manera dolorosa, los miembros se reunieron para analizar las raíces del problema. En el transcurso de un año y medio realizamos encuestas a los miembros y convocamos reuniones de la membresía. Formamos un grupo de trabajo para proponer un plan para atenuar la vulnerabilidad inherente que todos los esfuerzos cooperativos tienen y que proviene de personas muy capacitadas y carismáticas que se vuelven aparentemente indispensables y que luego son el origen de estos daños. Llegamos a la conclusión de que la solución a ese y a muchos otros problemas complicados dentro de las cooperativas es esencialmente esto: más democracia.
En el curso de la elaboración del plan que allanó nuestro sistema de gestión y puso la responsabilidad de nuestro sistema disciplinario y de responsabilidades y su implementación en manos de los consejos de miembros, descubrí que la autodeterminación colectiva tiene sus raíces en la confianza, la humildad y una preocupación sincera. Mientras analizábamos diferentes escenarios y propuestas, descubrimos que ninguna idea es tan brillante que no pueda mejorarse añadiendo otras perspectivas. Y muchas veces esas perspectivas que se suman llevan la iniciativa hacia nuevas direcciones que resultan completamente imprevistas y maravillosas. Una vez más, a través de la práctica de la cooperación y la autodeterminación, nos estábamos transformando nosotros mismos de la mano de nuestra cooperativa.
Otro ejercicio en la autodeterminación colectiva de nuestra membresía nos ayudó a transformar las condiciones tanto para nuestra cooperativa como para la industria del transporte local en general. En 2011, la privatización de los servicios públicos afectó al sector del transporte médico en Wisconsin. Los trayectos para desplazamientos médicos para personas cubiertas por Medicaid, que con anterioridad habían sido organizados y negociados por las agencias del condado, en ese momento se realizaban a través de un contrato con una compañía con fines de lucro con sede en Arizona.
Logisticare, que también anunciaba con orgullo a sus inversores que podrían obtener grandes ganancias con la privatización de las cárceles, ahora era la entidad que iba a contratar a Union Cab y a otras compañías de taxis y de transporte médico para los desplazamientos de nuestros pasajeros habituales para ir y volver de sus citas médicas. Los viajes médicos constituían aproximadamente el 35% del negocio de Union Cab en ese momento. Debido al alto volumen de nuestro negocio que esto representaba, nuestro gerente comercial recomendó a la junta directiva que firmáramos un contrato con Logisticare que requería pruebas de detección de drogas para todos los conductores, tarifas inferiores a las que marcaba el taxímetro y sin compensación por "viajes en balde" (no-loads), casos en los que un taxi se presenta para realizar un servicio pero el pasajero termina no haciendo uso del viaje. Al ver esta recomendación en la agenda de la reunión de la junta directiva, algunos miembros hicieron circular una petición solicitando a la junta que se celebrara una reunión extraordinaria de la membresía para discutir el tema.
La petición recibió firmas más que suficientes y se llevó a cabo esa reunión en la que se discutieron todos los términos del contrato que resultaban objetables o inaceptables. El sentimiento general era que no debíamos firmar ese contrato. A los miembros se les ocurrieron numerosas ideas sobre cómo compensar la pérdida potencial de ingresos y se comprometieron a trabajar para alcanzar ese objetivo. Sentíamos que la pérdida de nuestra autonomía (pruebas de drogas) y aceptar términos que resultaban explotadores no era lo mejor para nuestro interés colectivo. En la votación se decidió que el gerente comercial rechacara el contrato y, en su lugar, invitáramos a Logisticare a que utilizara nuestros servicios de acuerdo a nuestras condiciones de uso, como cualquier otro cliente.
Al enterarse de como estábamos abordando la cuestión de Logisticare, una de las otras compañías de taxis que también brindaba este servicio también se negó a firmar ese contrato. La única compañía que firmó el contrato lo revocó después del primer día de operaciones. Para poder proporcionar los servicios que Logisticare le había prometido al Estado de Wisconsin que podría brindar, en última instancia se vieron obligados a tratar con todas las compañías de transporte en términos aceptables para nosotros. Si nuestros miembros no hubieran tenido la confianza y el conocimiento de su propia fuerza para desafiar la recomendación del gerente comercial o el conocimiento y la experiencia de abordar los problemas a través de medios democráticos, toda esta historia habría concluido de manera muy diferente.
Experiencia en las Juntas Directivas de la USFWC y DAWI
Se me eligió por primera vez para ser parte de la junta directiva de la USFWC en la reunión anual de miembros de 2009 celebrada en Madison, Wisconsin, donde representaba a Union Cab. Durante esa reunión, los miembros decidieron aumentar las cuotas en un 50% para apoyar las operaciones en curso y la creación por adelantado de DAWN y DAWI. En las notas quedaron registradas algunas reflexiones clave que se obtuvieron de la discusión sobre el papel y la importancia de la autodeterminación:
Este no es el momento de tener dudas sobre los fundamentos del desarrollo institucional. Si no tenemos una Federación fuerte y autosuficiente, no tendremos un movimiento cooperativo fuerte y activo en Estados Unidos. Sin la solidaridad, perderemos esta oportunidad tan poco común de construir algo que sea capaz de marcar una profunda diferencia en este país que parta desde la base.
La colaboración con otros trabajadores cooperativistas de todo el país para servir a los miembros y guiar el crecimiento de la Federación fue algo emocionante, y una enorme cantidad de trabajo. Éramos una junta directiva que tenía un trabajo que realizar con tan solo un miembro del personal a tiempo completo y otro a tiempo parcial a quienes además no podíamos pagar un sueldo razonable, especialmente dada la intensidad y la calidad de su trabajo. Sin un crecimiento rápido y masivo de la membresía o nuevas fuentes de ingresos, no seríamos capaces de construir las instituciones locales, regionales y nacionales que formaban parte de la visión de la membresía. Los miembros de la Junta eran parte de varios comités, y aquellos que eran representantes regionales tenían responsabilidades adicionales para realizar labores de organización y de educación y divulgación para nuevas cooperativas, otras ya existentes y otras que estaban en fase de creación en cada una de sus regiones.
En el otoño de 2011, Occupy Wall Street sacó a la superficie el tema de la desigualdad de ingresos en los EE. UU. que conllevó una atención pública sin precedentes para las cooperativas de trabajadores. En acampadas por todo el país, se hicieron presentes cooperativas de trabajadores y asociaciones locales de cooperativas de trabajadores que compartieron sus experiencias, capacidades y conocimientos con personas ansiosas por construir un movimiento de justicia económica. Muchos jóvenes se sintieron atraídos por la idea de una economía solidaria en general, y por las cooperativas de trabajadores en particular. Filántropos y fundaciones también comenzaron a prestar atención a este movimiento.
En la conferencia de la USFWC de 2012 en Boston, la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos se acercó a la Federación para conminarlos a solicitar fondos procedentes de la Campaña Católica para el Desarrollo Humano para así apoyar el desarrollo de cooperativas de trabajadores entre las comunidades de inmigrantes. Para poder recibir y administrar los $750,000 de la subvención, teníamos que tener una organización catalogada como 501(c)3. Esto llevó a DAWI a solicitar por vía de urgencia este estatus 501(c)3, lo que se hizo en 2013.
El año fiscal 2013 fue la primera vez que DAWI presentó un formulario 990 para organizaciones exentas de impuestos, en el que se establece que:
La misión del Democracy at Work Institute (DAWI) es expandir la promesa de la propiedad de empresas cooperativas para llegar a las comunidades más directamente afectadas por la desigualdad social y económica. Esta garantiza que el crecimiento futuro del movimiento de cooperativas de trabajadores esté arraigado en las propias cooperativas de trabajadores y llegue a nuevas comunidades de trabajadores propietarios, particularmente personas de bajos ingresos, personas de color e inmigrantes recientes.
Este fue otro momento propicio para una reflexión más profunda y una visión como movimiento, pero la Federación no priorizó el objetivo que se había afirmado de que DAWI permaneciera "arraigada en las propias cooperativas de trabajadores”. En cambio, la junta aprobó un plan que dependía de que DAWI atrajera recursos para crear nuevas cooperativas que, en teoría, aumentarían las filas de miembros y crearían una base más segura y sostenible para la Federación. A medida que la directora ejecutiva de la USFWC, Melissa Hoover, pasó a liderar DAWI, el nuevo director ejecutivo de la Federación iba a tratar de incorporar nuevas fuentes de ingresos basadas en las prestaciones de los miembros: seguros, planes de jubilación, etc.
Pasaron varios años para que se desarrollaran esas nuevas fuentes de ingresos dentro de la Federación y, mientras tanto, la mayor parte de los nuevos fondos provenientes de donaciones que se realizaban para el desarrollo de cooperativas de trabajadores ($1 - 2 millones por año) se destinaron a DAWI, y solo se transfirieron alrededor de $20,000 al año a la Federación, según lo que tengo entendido como miembro de la junta hasta 2016. Antes de la designación formal de DAWI como 501(c)3 en 2013, North American Students for Cooperation (NASCO) desempeñó la función de agente fiscal de este proyecto no constituido como sociedad formal. Después de 2013, NASCO continuó siendo parte de acuerdos como agente fiscal con la USFWC, lo que le permitió a la Federación recaudar fondos independientemente de DAWI.
Erosión de la democracia
2013 marcó el comienzo de la erosión de la democracia en nuestras instituciones aún jóvenes. Mientras que antes de 2011 los grupos de trabajo de la junta directiva y de los miembros participaban en todos los niveles de la planificación estratégica y dirección para decisiones de esta magnitud, para 2013 los miembros no tenían una voz real en la forma en que se planificaba, implementaba o se desenvolvía DAWI. Simplemente se les informaba de hechos consumados. Hubo acalorados debates en las reuniones de la junta directiva de la USFWC y DAWI, pero a los miembros, quienes construyeron y constituyeron el movimiento de cooperativas de trabajadores, nunca se les hizo partícipes de la discusión de los problemas.
De hecho, se argumentó que, como la membresía del USFWC incluía muchas cooperativas con miembros en su mayoría blancos, no se podía confiar en que interviniera en las decisiones sobre la estrategia para construir cooperativas de trabajadores dentro de comunidades de inmigrantes y BIPOC (Afroamericanas, indígenas y de color). El resultado fue que la gran cantidad de experiencia práctica y vivida en cooperación y autodeterminación que ofrecía la membresía de la Federación estuvo, en gran medida, ausente de la formación de DAWI, aunque hubo algunos trabajadores cooperantes en la junta de 2013. Ese mismo argumento todavía se está utilizando para socavar la legitimidad de los esfuerzos organizativos de las asociaciones cooperativas de trabajadores a nivel local y regional. Se ha convertido en una cantinela estándar en el cancionero del divide y vencerás que ha sembrado desconfianza y ha frenado innecesariamente el crecimiento de formaciones prácticas de economía solidaria.
La búsqueda de subvenciones en detrimento de los esfuerzos de organización, el poner en primer plano las necesidades de DAWI sobre las de la Federación y sus miembros, el creciente número de desarrolladores y personal de cooperativas sin experiencia como trabajadores propietarios ni vínculos con el movimiento, y la eliminación de representantes regionales en la junta directiva ha creado una distancia entre la Federación y muchos de sus miembros, tanto cooperativas de trabajadores como asociaciones de cooperativas de trabajadores. El poder dinámico y democrático fundamental de la autodeterminación ha sido eliminado de facto de la USFWC.
Al haber abandonado su orientación organizativa, la USFWC es ahora esencialmente un servicio comercial y una asociación de comerciantes de un sector para el cabildeo o influencia en el gobierno para la creación de políticas que les beneficien. Lejos de ser la organización autosuficiente y autodeterminada que los miembros alguna vez imaginaron que sería, en 2022 tan solo el 6,8% de los ingresos de la Federación tuvo su origen en las cuotas de los miembros, mientras que el 67% de los fondos provino de subvenciones, gran parte de las cuales se utilizaron para apoyar las operaciones de Guilded, la cooperativa de trabajadores independientes incubada por la USFWC. ¿Cuántos miembros de la Federación han oído hablar de Guilded o tan siquiera saben qué es o por qué tantos recursos de la Federación se destinan a fomentarlo?
No estoy sugiriendo que no debamos buscar apoyo fuera de nuestra membresía. Lo que digo es que cuando busquemos ese apoyo, los miembros deberían tener voz para determinar las fuentes de ese apoyo y los usos generales a los que se destinará, si realmente nos tomamos en serio la construcción de un movimiento de economía solidaria.
Cuando en 2010 se lanzó DAWN, el proyecto democrático de apoyo técnico entre pares, se concibió como un proyecto de DAWI, en ese momento en sí mismo un proyecto de la USFWC. DAWN dejó la Federación junto con DAWI en 2013. Después de varios años, DAWI comenzó a dejar a DAWN prácticamente sin recursos, y en la conferencia nacional de 2018 se informó a los miembros de DAWN, sin consulta previa ni consentimiento por su parte, que el proyecto se daba por terminado. Poco después, DAWI y la Federación iniciaron proyectos independientes de asistencia técnica con pago de honorarios, pero ya se habían perdido las funciones de capacitación del capacitador y la certificación de capacitadores que se basaban en la educación entre pares.
En 2019, la USFWC se hizo cargo tanto de la Conferencia de Cooperativas de Trabajadores Occidentales (WWCC, por sus siglas en inglés) como de la Conferencia del Este de Democracia en el Lugar de Trabajo (ECWD, por sus siglas en inglés), poniendo fin a dos de sus organizaciones fundadoras. En lugar de apoyar a la WWCC y a la ECWD a través de los desafíos que enfrentaban, el personal de la Federación terminó asumiendo el control, con un esfuerzo mínimo de discutir esta decisión con los miembros o de mantener el carácter esencial de base y la gobernanza de las conferencias.
Las relaciones entre el movimiento de cooperativas de trabajadores y las dos organizaciones nacionales que este mismo generó han pasado de ser de pleno compromiso y responsabilidad en los primeros seis o siete años a relaciones transaccionales en los siguientes ocho o nueve años y, a veces, francamente extractivas en los últimos cinco años. Literalmente, a un miembro le ha llevado años incluir un solo tema en la orden del día de una reunión de miembros. La falta de políticas y prácticas claras y transparentes sobre las cuotas y el intercambio de datos entre la Federación y las asociaciones regionales de cooperativas ha menoscabado seriamente la confianza.
Por ejemplo, existía una política de toda la vida sobre el reparto de cuotas entre la USFWC y las asociaciones regionales de cooperativas que estaba publicada en el sitio web.
Hace varios años, MadWorC, la asociación de cooperativas de trabajadores con sede en Madison, Wisconsin, comenzó a cobrar cuotas y trabajó con el personal del USFWC para formalizar el acuerdo, después de haber consultado la política en el sitio web. El personal de membresía de la Federación trabajó arduamente para crear un Memorando de Entendimiento (MOU, por sus siglas en inglés) con MadWorC basado en esta política. Cuando se envió este MOU al director ejecutivo para que lo firmara, se le informó al personal que, a pesar de lo publicado en el sitio web, no existe tal política y que cada asociación tiene que negociar los términos de reparto de las cuotas por separado con el director ejecutivo y que ya no se realizarían nuevos MOU. Sin embargo, todavía están respetando los acuerdos heredados con asociaciones en la ciudad de Nueva York y San Francisco, con lo que se crean disparidades entre asociaciones antiguas y nuevas.
Según parece, esta fue una decisión unilateral del director ejecutivo, ya que los miembros de la junta directiva de la USFWC con los que se puso en contacto MadWorC no estaban al tanto del cambio de política. Si bien las secciones de Opción de trabajo-intercambio (Labor-Trade Option) y Pago de cuotas y planes de pago (Paying Dues & Payment Plans) siguen siendo las mismas, se ha eliminado de la web el elemento de Descuento por cuotas regionales pagadas:
A partir del censo de cooperativas de 2023, ahora existe una opción para aquellos que responden a encuestas administradas por la USFWC para elegir si quieren compartir sus respuestas con asociaciones locales, así como un acuerdo estándar para que los socios locales accedan a los datos de la USFWC. Sin embargo, estos socios no saben qué cantidad de datos ni qué categorías de datos están disponibles. Solo pueden saberlo después de firmar el acuerdo.
Tanto DAWI como la Federación continúan recaudando millones de dólares al año sobre los cimientos que los trabajadores cooperativistas han construido colectivamente, sin brindar un apoyo significativo para la organización sobre el terreno ni para el fomento del movimiento.
Impacto de la USFWC y DAWI
Desde 2013, DAWI y la USFWC han llamado la atención del público sobre las cooperativas de trabajadores y han creado programas de investigación y asistencia técnica. También crearon una nueva profesión: el "campo" de propiedad de los empleados, que agrega cooperativas de trabajadores a una agrupación más grande de empresas que incluye Planes de Propiedad de Acciones para Empleados (ESOP, por sus siglas en inglés). Estas así llamadas empresas propiedad de los empleados no son necesariamente democráticas ni en propiedad ni en administración, ni están arraigadas en principios cooperativos. El enfoque de esta profesión es la creación de riqueza para los individuos, a diferencia de la creación de un movimiento y la transformación social. Gran parte del trabajo realizado en el campo implica atraer capital de bancos, fundaciones y otras instituciones financieras no democráticas.
A través de los programas de la USFWC y DAWI, cientos de personas han sido capacitadas como desarrolladores de cooperativas de trabajadores, se ha alentado a las ciudades a involucrarse en el campo de la propiedad de los empleados y se han desarrollado nuevas cooperativas y ESOP. Se ha abogado y se han aprobado políticas estatales y nacionales. Ahora incluso hay una División de la Propiedad de los Empleados dentro del Departamento de Trabajo de los EE. UU. gracias a toda esta labor de educación y activismo. Y le han dedicado una gran cantidad de tiempo a la organización del capital. Pero todo este trabajo se ha realizado sin un compromiso significativo o democrático sobre el terreno con el movimiento de cooperativas de trabajadores. Y sin la conexión con un movimiento más amplio, una cooperativa de trabajadores es solo otra forma de negocio, que carece del potencial transformador que conlleva la autodeterminación, la solidaridad y las redes comerciales basadas en relaciones de confianza.
En lugar de continuar construyendo democráticamente la casa que John McNamara imaginó en 2010 para satisfacer las necesidades de los residentes actuales y futuros y para producir de manera sostenible gran parte de lo que necesitamos nosotros mismos y en asociación con instituciones financieras centradas en el movimiento, hemos derruido los cimientos y las paredes (WWCC, ECWD, DAWN) y levantado un nuevo y elegante rascacielos, con el Departamento de Trabajo de EE.UU. viviendo en el apartamento de lujo de la última planta. El edificio tiene muchos gerentes, tal vez incluso más gerentes que residentes. Pero hay altas tasas de unidades vacías y cambios constantes de inquilinos. Algunos residentes viven cerca unos de otros y conocen a sus vecinos cercanos. Algunos tienen acceso privilegiado a los gerentes. La mayoría no.
La comunicación de la Federación y DAWI con los miembros de la USFWC promueven casí exclusivamente proyectos y campañas para promover políticas, con la solicitud de vez en cuando de datos de encuestas y cuotas. Si se están afrontando desafíos o evaluando fallos como lo hacen la mayoría de las organizaciones, no se han enviado correos electrónicos ni boletines informativos en los que se informe a los miembros de los problemas o se soliciten comentarios. Si los miembros conocen detalles sobre los desafíos y los problemas de la Federación o DAWI, es probable que la infomración haya llegado a través de la rumurología y/o de las relaciones con miembros específicos del personal.
Esta no es una situación saludable para ninguna organización, pero no lo es especialmente para aquellas que se basan en principios cooperativos cuyo trabajo de cara al público trata explícitamente de la democracia económica. Priva a las organizaciones de la vitalidad y creatividad que el conocimiento y la participación de los miembros podrían aportar a nuestros dilemas colectivos.
En el Informe bianual 2021-2022 de la USFWC, se enumeran las estadísticas de membresía para 2021: 337 miembros, 67 nuevos; y 2022: 372 miembros, 73 nuevos. Esta declaración delinea su orientación hacia el movimiento no como una organización que se hace responsable ante sus miembros, sino más bien como una agencia de reclutamiento que busca nuevos talentos:
Nuestra creciente membresía es un reflejo del crecimiento del campo de cooperativas de trabajadores y de la economía solidaria en general. Continuamos evaluando el campo y nos mantenemos al día y atraemos nuevos miembros a nuestra red.
La adición de 73 nuevos miembros en 2022 a los 337 miembros de 2021 equivale a 410. Pero solo había 372 miembros en 2022. ¿Qué pasó con los 38 miembros que se perdieron entre 2021 y 2022? Eso supone una pérdida de casi el 10% del total de miembros. ¿Se les está dando seguimiento por parte de la Federación? ¿Hay información general que nos permita entender el porqué de esta rápida pérdida que se pueda compartir con los miembros restantes, y particularmente con las asociaciones de cooperativas de trabajadores locales? Las asociaciones locales a menudo son quienes están sobre el terreno en las comunidades para ayudar a las cooperativas en dificultades y en quiebra que se han desarrollado sin un apoyo continuo. Es posible que dispongan de un conocimiento que puedan compartir.
Mucha memoria institucional se pierde cuando una organización se desconecta del movimiento desde el que se formó. Ese mismo informe decía:
La USFWC y Democracy at Work Network (DAWI) han colaborado durante años para organizar esta conferencia bianual, pero 2022 fue un año excepcional por dos razones. Fue la primera vez que organizamos un evento en persona desde la pandemia de COVID-19, y fue también la primera vez que la USFWC tomó la iniciativa en la planificación y logística de la conferencia.
DAWI puede haber tomado la iniciativa en la planificación de conferencias en 2014, 2016 y 2018, pero en las primeras cinco conferencias nacionales fue el colectivo de miembros fundadores y luego miembros, junta directiva y personal de la USFWC quienes llevaron la iniciativa.
Si no se está en la "relación correcta" con el movimiento y con las cooperativas y asociaciones cooperativas que lo forman, nuestras organizaciones nacionales no logran priorizar las necesidades de las redes de cooperativas de trabajadores y las asociaciones cooperativas que trabajan en las comunidades. De manera más crítica, el trabajo de organización necesario para la construcción del movimiento en su mayoría carece de apoyo y, a veces, se ve directamente socavado.
Pensamientos sobre cómo seguir adelante hacia el futuro
Fui representante de la USFWC en la Junta Directiva de DAWI que se formó para buscar la designación 501(c)3 en 2013, pero renuncié después del segundo año debido a las preocupaciones de que los estatutos guardaran silencio sobre la labor de control de la junta sobre el director ejecutivo y una disposición de conflicto de intereses muy laxa que permitía el usufructo personal o la autocontratación por parte de los miembros de la junta.
Elandria Williams, quien en ese momento trabajaba como educadora en el Centro de Investigación y Educación Highlander, formó parte de la junta de DAWI junto a mí durante los primeros años. Discutimos la necesidad de que DAWI y la Federación apoyaran las labores de organización a nivel local y regional, y en particular el desarrollo de la cadena de suministros, la construcción de redes comerciales entre cooperativas de trabajadores y otros productores de bienes y servicios alineados con los valores de la economía cooperativa y solidaria. El plan de estudios creado por Elandria, Mapping Our Futures, es un ejemplo brillante de lo que se pedía años antes en la reunión anual de miembros de la USFWC de 2008. Las actas de esa reunión incluyen notas sobre la "Discusión en grupos pequeños sobre inclusión”. Se destacó la necesidad de que las cooperativas y sus asociaciones creen y operen a partir de un análisis de poder, con advertencias sobre las cooperativas que están siendo "cooptadas" por el capitalismo:
Si no tienes cuidado, puedes crear minicapitalistas. Todos tienen que hacer un autoexamen crítico de sí mismos y de su cooperativa. Necesitamos organización a nivel local para fortalecer la organización nacional. Esto hará que el movimiento sea real.
El reciente fallecimiento de la organizadora comunitaria y laboral Jane McAlevey me hizo reflexionar sobre los temas de su libro No Shortcuts: Organizing for Power in the New Gilded Age (Sin atajos: organización para el poder en la nueva era dorada) en el que habla de una teoría elitista del poder que da lugar a modelos de cambio desde el activismo y la movilización. En estos modelos, el personal de las organizaciones obreras controla las campañas de promoción de políticas y movilización para el cambio, ya que "se ven a sí mismos, no a la gente común, como los agentes clave del cambio”. De esta manera, se pueden hacer cambios en el lenguaje de las políticas y los contratos, pero las relaciones de poder permanecen intactas. Los trabajadores no construyen un poder significativo de esta manera. Construyen poder a través de la autodeterminación: por medio del desarrolo de un análisis propio de poder y luego debatiendo y organizándose en torno a ese análisis, con el personal realizando una función de de apoyo, en lugar de una directiva o de control.
Permanecí en la junta directiva de la USFWC hasta 2016 asumiendo las funciones de presidenta durante la mayor parte de esos años. La junta nunca llegó a tener una conversación acerca de la visión independiente de las necesidades inmediatas y las presiones sobre la Federación. Tampoco nunca le hicimos un hueco a los miembros para que tuvieran esa conversación. Me pregunto si habríamos avanzado de manera diferente si de manera regular nos hubiéramos tomado el tiempo de reflexionar y visualizar esto juntos.
GEO ha sido la organización que ha brindado el espacio para esas conversaciones a través de las conferencias de Advancing the Development of Worker Cooperatives (Promoción del Desarrollo de las Cooperativas de Trabajadores) que se llevaron a cabo como conferencias previas a cinco reuniones de la ECWD. Después de la conferencia final de la ECWD de 2019 celebrada en Baltimore, alrededor de una docena de nosotros, incluidos varios fundadores de la USFWC, nos reunimos para discutir el estado del movimiento, sus logros y las oportunidades perdidas, y para intercambiar ideas sobre principios que podrían ayudar a reorientar y guiar la construcción del movimiento de cooperativas de trabajadores hacia el futuro.
El borrador de los "Principios de Baltimore" creado por esa docena de cooperativistas durante el almuerzo en Red Emma's Cafe formó la base para el Proyecto de principios de economía solidaria, que también se basa en gran medida en la inspiración y el trabajo de Elandria Williams. Estos principios y prácticas proporcionan guías para corregir el rumbo de las acciones que podríamos tomar para revitalizar el movimiento. Muchos de nosotros los estamos practicando a nivel local y regional, reconstruyéndolos desde los cimientos. Pero necesitamos que nuestras organizaciones nacionales e internacionales se unan a nosotros. Hago un llamado a otros a participar en la construcción del movimiento mientras se reestructura y se redirige la Federación para que se convierta nuevamente en una organización controlada y centrada en los miembros.
Estoy muy agradecida por las oportunidades que GEO continúa brindándonos a todos para participar en estos debates y conversaciones a través de su sitio web. Por favor, si puede, ¡apóyelos con una donación recurrente!
Rebecca Kemble es miembro de Union Cab Cooperative, trabaja como taxista y forma parte del Consejo de Evaluación de Accidentes. También participa en la organización cooperativa en el contexto de los sistemas alimentarios regionales de Wisconsin, trabajando para construir infraestructura física y digital crítica para conectar a los agricultores pequeños e históricamente desatendidos con los mercados mayoristas. Es la representante de la Madison Mutual Aid Network en la junta directiva de MadWorC, la Red Cooperativa de Trabajadores del Área de Madison. Durante el período comprendido entre 2009 y 2016, formó parte de las juntas directivas de la US Federation of Worker Cooperatives, el Democracy at Work Institute, CICOPA (sector de cooperativas de trabajadores de la Alianza Cooperativa Internacional), CICOPA-Centro y Sudamérica y CICOPA-América del Norte. Fue elegida concejala para el Consejo Municipal de la Ciudad de Madison en 2015, donde permaneció durante 3 mandatos hasta 2021.
Translation by Interpreters Cooperative of Madison
Citations
Rebecca Kemble (2024). Regreso a las Bases: Alinear Nuestras Organizaciones Nacionales con los Principios Cooperativos . Grassroots Economic Organizing (GEO). https://geo.coop/articles/regreso-las-bases-alinear-nuestras-organizaciones-nacionales-con-los-principios
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